domingo, 27 de noviembre de 2011

Violencia de género

Día mundial contra la violencia de género: artículo en www.elmundo.es

VIOLENCIA DE GÉNERO | Concienciación social
Cuando amar demasiado se convierte en trampa
Carmen Morales | Palma
Actualizado viernes 25/11/2011 19:36 horas

Nuria Orol fue la última víctima en Mallorca. Ocurrió a finales de octubre. Entonces, su nombre copó titulares en radios, diarios y televisiones. Otro hombre asesinaba a la mujer a la que supuestamente amaba. Cuatro puñaladas en el pecho y golpes en la cabeza. Abandonó el cadáver junto a la hija de Nuria, de solo dos años. En aquellos días en los que se quiso saber todo de la chica, llamó la atención que su anterior relación también la había vinculado a otro agresor. Tenía 24 años y dos hijos.
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El perfil de mujer maltratada es difícil de dibujar. «Sí, sí que hay todo tipo de víctimas», responde Cati Sastre. Ella ha detectado un aumento de extranjeras agredidas por españoles en Palma. Pero también recuerda el caso de una mallorquina, con estudios superiores, con un puesto laboral bien remunerado y maltratada por un hombre de origen extranjero que ni siquiera aportaba dinero a la pareja. «Casos así son más frecuentes de lo que parece. Mujeres formadas que te cuentan que su novio les ha golpeado la cabeza contra el volante mientras conducía». Y, a pesar de eso, se resisten a dejarlo.
Prevención, prevención, prevención. Como un mantra lo repite Alicia Martín, presidenta de la Asociación Mujeres Anónimas que Aman Demasiado (Maqad), durante el transcurso de la entrevista. Esta asociación, fundada en Ibiza en 2008, quiere vencer a los violentos desde esta premisa. Su objetivo es enseñar a las potenciales víctimas a anticiparse al primer empujón, ese que llega sin esperarse, o la primera humillación. Si saben descifrar el significado de las señales que emite un compañero potencialmente violento, a nivel psicológico o físico, estarán preparadas para reaccionar a tiempo.
El diseño de su programa persigue la ayuda de aquellas que están «en proceso de recuperación de su dependencia emocional del hombre y su adicción a los vínculos destructivas». Alicia Martín sostiene que padecen una enfermedad que debe tratarse como una adicción (…)
Victoria Ferrer, psicóloga especializada en violencia contra mujeres y doctora de la Universidad de Baleares, opina que este planteamiento es «muy interesante». Aunque rehuye del término adicción que pueda transformar a las víctimas en enfermas y convertir estas situaciones en algo que requiera un tratamiento clínico. Ella lo compara con el síndrome de Estocolmo, para intentar profundizar en las emociones y pensamientos de alguien en esta tesitura. Por lo demás, ambos enfoques comparten que las afectadas se identifican con el agresor y lo justifican. Para la doctora, «ponen su vida en manos de sus compañeros».
Alicia Martín remarca la dependencia emocional del hombre. «Estas mujeres sienten una atracción por todos aquellos que la necesitan y creen que su vida se basa en la entrega a los demás», aclara. Y estas creencias, «las trasladan a sus relaciones de pareja». El objetivo, superar un ideal de amor romántico cargado de multitud de creencias erróneas. «El respeto debe ser la norma», puntualiza la psicóloga. «Si en toda relación se fijan límites como la cortesía o la educación, ¿por qué pueden eliminarse en una pareja?» El control excesivo de algún miembro de la pareja es uno de los primeros signos de alarma.


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