miércoles, 8 de febrero de 2012

El hombre que llegó del hielo. Prehistoria

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Aquí tienes dos textos escritos por dos periodistas, una de El Periódico y otro de El País, sobre los restos de un hombre prehistórico. 
Lee los textos y a partir de la información que proporcionan haz un trabajo con el siguiente guión:

  • ¿Dónde vivía Otzi?
  • ¿Cómo era el clima?
  • ¿Hace cuánto tiempo vivió?
  • ¿Qué aspecto tenía? Edad, rasgos físicos (ojos), altura, peso?
  • ¿Cómo vestía? ¿Qué utilizaba para las costuras?
  • ¿Qué objetos llevaba? ¿Para qué servían? ¿Qué alcance tenía el arco?
  • ¿Qué comía? ¿Cocinaba?
  • ¿Qué indican los tatuajes que llevaba en el cuerpo? 
  • ¿Sufría alguna enfermedad? 
  • ¿Cómo murió? ¿Estaba solo cuando murió? ¿Por qué le arrancaron la flecha?
  • ¿Qué objeto indica que era un personaje importante?
  • ¿Por qué se cree que la momia de Otzi encierra una maldición? 
  • ¿En qué Edad de la Prehistoria vivió?
Otzi, el hombre del hielo
El Periódico, Sábado, 4 de febrero del 2012
BLANCA ESPACIO, BARCELONA
Otzi, el hombre del hielo, en su estado original.
Tenía unos 45 años cuando le asesinaron. Cabello oscuro, ojos marrones, 1,60 metros de altura, 50 kilos. Vivió en los Alpes hace 5.300 años y su caso todavía no se ha resuelto. A falta de nombre, los periodistas le llaman Otzi, el hombre del hielo y es el protagonista de la exposición que acaba de abrir el Museu d'Arqueologia.

Lo descubrieron dos excursionistas en 1991. Pensaron que era el cadáver de algún montañero perdido años antes. Pero es la momia humana natural más antigua de Europa. El frío extremo y perpetuo de la zona conservó de forma extraordinaria su cuerpo, su ropa y varios objetos. Veinte años de investigaciones a lo CSI han desvelado dónde pasó su niñez, qué significan sus tatuajes, qué comió antes de morir... una información valiosísima sobre cómo era la vida en la edad de cobre que ahora se puede conocer al detalle a través de esta exposición.

Otzi no ha viajado a Barcelona. La momia y los objetos que se hallaron junto a ella -un hacha, un cuchillo, un arco inacabado, flechas, puntas de pedernal, un hongo medicinal- son demasiado frágiles y se conservan en el Museo Arqueológico del Tirol del Sur (Italia), en una cámara frigorífica especialmente diseñada para ello. (...) 

(...) Sus dientes, por ejemplo, desvelan que pasó su juventud cerca de la actual aldea de Velturno (al norte de Bolzano) y que luego se trasladó al valle de Etsch, a unos 50 kilómetros al norte.

El polen hallado en su cuerpo indica que murió en primavera o a principios del verano. Sus intestinos revelan que 12 horas antes de morir comió carne, cereales y semillas y que, además, lo había cocinado. Tenía artrosis, parásitos intestinales y varias fracturas antiguas en las costillas. Su ropa -abrigo hasta las rodillas, gorra, zapatos- era sofisticada. No tenía piojos, pero sí pulgas.
Su cuerpo estaba cubierto por unos 60 tatuajes, pero no como los entendemos actualmente. Eran cortes finos sobre la piel situados en las partes del cuerpo donde Otzi sufría desgastes y, probablemente, fuertes dolores. Por eso los científicos sospechan que no eran elementos decorativos, sino algún tipo de terapia con fines mágicos y curativos.
Una uña hallada cerca de la momia demuestra que sufrió un gran estrés antes de morir. Porque su muerte es el gran misterio por desvelar. Otzi murió asesinado por una flecha lanzada desde detrás y a larga distancia. La herida le produjo una fuerte hemorragia. También tenía cortes y un traumatismo craneal. A su alrededor había sangre de otras cuatro personas. Luchó cuerpo a cuerpo por su vida. Le mataron mientras huía. La ciencia ha sido capaz de averiguar todo eso 5.000 años después. Pero todavía no ha encontrado al asesino. El caso sigue abierto.


El País, Barcelona, 2 FEB 2012 
Jacinto Antón, 

(...) Asuntos como que sufría intolerancia a la lactosa, que además del flechazo que lo mató presenta un tremendo golpe en la cabeza (acaso un coup de grâce de su asesino), que sus ojos eran marrones y no azules como se creía, que sus tatuajes fueron una forma de acupuntura avant la lettre y que tenía las arterias hechas caldo: de no haber sido por la saeta, hubiera muerto de infarto al cabo de pocos años. De hecho su última comida, muy poco antes de morir, fue poco sana: trozos grasientos de íbice, la cabra alpina. (...)

Reconstrucción de Ötzi.
La exposición... está producida por el Museo Arqueológico de Bolzano, donde se conserva, cuidadosamente refrigerada, la momia del hombre del hielo y su completísimo equipo de alta montaña. La exposición no incluye a la momia de verdad —que no viaja— ni sus objetos originales ... (pero) las fotografías, los vídeos y la reconstrucción pormenorizada de todas las formidables pertenencias de Ötzi, desde su arco de tejo, capaz de atravesar un ciervo a 30 metros, a sus calzoncillos (un taparrabos de delicada piel de cabra), convierten la visita en una experiencia apasionante. Además, un monitor sintonizado con una webcam en la nevera del hombre del hielo permite observarlo en directo todo el tiempo.


La exhibición ... , muy didáctica y que interesará también mucho a los niños, incluso a los menos morbosos, ofrece un diorama que reconstruye a escala real la momia de color caramelo tal como apareció, engastada en el hielo, y un panel que permite tocar todos los materiales del equipo de Ötzi —la piel de oso del gorro, la de cabra de las polainas (¡leggins!), la pluma de chova de las flechas, el tendón de ciervo de las costuras, el hongo yesquero...—, una forma inmejorable de hacer entender el enorme conocimiento del medio natural y sus recursos que poseía el hombre prehistórico. Un apartado... está dedicado al misterio del asesinato, y otro, a la supuesta maldición que arrastra la momia (Ötzi, más viejo que las pirámides, no iba a ser menos que  Tutankamón). En realidad, desde que fue hallada solo han muerto siete personas de los miles que la han estudiado, lo que no es óbice para que haya quien pida que se devuelva a Ötzi a su glaciar para apaciguarlo... Desde que una pareja de turistas lo hallaron en su cepo de hielo y lo confundieron con un alpinista perdido, son innumerables las cosas que se han averiguado de la popular momia (Brad Pitt lleva su perfil tatuado en el antebrazo derecho). Incluso que, de las dos flechas acabadas que llevaba en su carcaj, una la hizo un diestro y la otra un zurdo. Y que la profunda herida en la mano, según los forenses tipo CSI, se la hizo cinco días antes tratando de defenderse de un ataque con arma blanca.


Los últimos hallazgos han llegado a raíz del deshielo que se le practicó a finales de 2010. Pero quedan muchos puntos oscuros. Los más intrigantes, en torno a su muerte... Es extraño, apunta (Angelika Fleckinger, directora del museo de Bolzano), que fuera asesinado pero no le robaran el equipo, que incluía pertrechos de tanto valor como el hacha de cobre, un objeto único en la época, indicador de estatus. El asesino, en cambio, parece que le arrancó la flecha con que lo mató (no ha sido hallada), aunque no se llevó las de Ötzi, lo que parece indicar que su intención era no dejar su arma en la escena del crimen...